Exportación: qué piden los mercados del Verdejo

Nuestros vinos viajan hoy a más de 20 países, que suponen ya más del 35% de nuestra comercialización internacional. Estamos presentes en mercados clave como Francia, Portugal, Países Bajos, Bélgica, Alemania, Polonia, Suiza, Dinamarca o Suecia, además de Reino Unido y Norteamérica, entre otros.

La expansión internacional del Verdejo no se sostiene en una moda pasajera, sino en una propuesta clara: blancos frescos, precisos y reconocibles en cualquier mesa. Los compradores buscan un estilo definido —fruta limpia, acidez tensa y alcohol moderado— que funcione por copa y en retail. A partir de ahí, cada país afina sus matices:

  • Países Bajos: priorizan rotación y valor por precio, con marcas estables y stock continuo.

  • Reino Unido: demanda diversidad para carta (joven, fermentado en barrica y espumoso) con un relato de origen sólido.

  • Norteamérica: exige claridad de información y consistencia de añada.

  • Países nórdicos: valoran la sostenibilidad, la trazabilidad y el peso del vidrio.

El segundo pilar es la consistencia. El importador espera un estilo que suene igual año tras año. Eso se construye en el viñedo: selección por parcelas, vendimia nocturna bien planificada y decisiones de bodega estables (fermentaciones frías, lías con medida, barricas de 500 L cuando aportan). El resultado son Verdejos que mantienen frescura y tipicidad, con pequeñas variaciones de añada que enriquecen, no confunden.

El tercer pilar es el servicio. Fichas técnicas completas, e-labels actualizados con ingredientes y valor energético, traducciones solventes, previsión de cupos, control de temperatura en verano y logística puntual. En monopolios nórdicos o cadenas británicas, un error documental puede bloquear un pedido; en hostelería, un descuadre de precio o añada rompe la rotación. Por eso cuidamos cada detalle: formatos, embalajes sólidos, fotos consistentes y un equipo comercial que acompaña con catas, formaciones y materiales.

Nuestra gama explica Rueda sin disfraces: un Verdejo joven limpio y vibrante para el día a día; un fermentado en barrica que aporta textura sin cubrir la fruta; un Brut de método tradicional como lectura festiva del territorio; y un Dorado que recupera el patrimonio histórico. Así, los mercados entienden que “Rueda = Verdejo fresco y gastronómico”, y nosotros añadimos matices propios: viñas viejas, parcelas de arena prefiloxérica y lías trabajadas con sentido.

Exportar no es enviar palés; es cumplir una promesa de estilo y calidad en cada botella, cada añada y cada país.

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